
Consejos y noticias (5)
El aislamiento de la vivienda es fundamental para evitar fugas de calor durante la época invernal. En muchas ocasiones, una gran parte de la energía consumida en calefacción se pierde innecesariamente debido a un mal aislamiento térmico de los hogares, a pérdidas de calor importantes por un mal cierre de puertas y ventanas, etc.
De cualquier manera, todos deseamos mantener una temperatura confortable en el hogar y si es posible reducir el gasto en calefacción. Para conseguir esto únicamente hay que seguir una serie de consejos que detallamos a continuación:
· Ventanas. En el caso de ventanas sencillas las pérdidas de calor pueden ser hasta cuatro veces mayores que si se poseen ventanas de calidad. El doble acristalamiento con cámara de aire en su interior evita escapes de hasta un 40% del calor. Con la instalación de ventanas de calidad puede ahorrar entre un 20 y un 40% de energía.
· Persianas. La caja donde se enrolla la persiana es otro punto de fuga del calor. Para poder evitar pérdidas disponemos de cajón con doble tabique.
¿Debo aislar térmicamente mi casa? La respuesta es probablemente "afirmativa", si las siguientes situaciones aplican a usted:
- Tiene una casa de muchos años a la cual no se le ha añadido aislamiento térmico. Solamente el 20% de las casas construidas antes de 1980 tienen un buen aislamiento.
- Siente un frío incómodo en el invierno o mucho calor en el verano. Si añade aislamiento térmico, su casa tendrá una temperatura más uniforme y agradable.
- Se encuentra construyendo una casa nueva o una ampliación a su casa o va a instalar un techo nuevo o revestimiento exterior.
- Paga cuentas altas de energía.
- Le molesta el ruido de afuera. El aislamiento amortigua el sonido.
¿Podemos aislar nuestra casa ya construida?
Escrito por Antonio López PérezSí. Aunque se trate de una casa o un edificio antiguos, se pueden llevar a cabo una serie de cambios que permitan mejorar su aislamiento. Hay diferentes niveles de cambios, que estarán en función de la inversión que se quiera o se pueda realizar.
Por ejemplo, si se quieren cambiar los suelos de una vivienda o de un local ya construidos, se puede aprovechar para aislarlos térmicamente, colocando el material aislante sobre el forjado, de manera que el parquet, el gres o el recubrimiento que se ponga quede como pavimento flotante.
También los tejados se pueden modificar en este sentido: si son inclinados y el espacio que queda debajo no es habitable, se puede poner el material aislante directamente sobre el suelo, sin hacer ninguna obra; si son horizontales, tipo terrado, el material se coloca sobreel forjado pero bajo la capa de impermeabilización; si el tejado es horizontal pero no se tiene que caminar por encima, se pone un material aislante que no absorba la humedad y se protege con grava, aunque también se puede utilizar hormigón con áridos, que hace de aislante.
Y, finalmente, también se pueden modificar las ventanas, que son quizás el punto más vulnerable para las fugas de calor, ya que el 40% de estas fugas se produce a través de ellas: lo mejor es cambiar los vidrios y poner doble vidrio (dos vidrios separados y sellados a lo largo de su perímetro, que dejan entre sí una cámara cerrada que hace la función de aislante), pero también hay que revisar todas las juntas entre la ventana y la pared, tanto si es de madera como metálica, y sellar bien todos los agujeros que puedan haber quedado o que se hayan hecho con el tiempo.
Aunque estos cambios puedan parecer caros, a la larga resultan mucho mejor económicamente que mantener la casa o el local sin aislar.
Sólo con el cambio de ventanas sencillas a ventanas de doble vidrio, se puede ahorrar un 20% de energía o de consumo eléctrico.
Si, además, se aíslan los suelos y los techos o tejados, el ahorro puede llegar hasta el 70% respecto al gasto que tendrían un local o una casa sin aislar, especialmente si se trata de una vivienda unifamiliar.
Es importante saber que la cantidad de calor que se necesita para mantener una vivienda a la temperatura de confort depende, en buena medida, de su nivel de aislamiento térmico.
Una vivienda mal aislada necesita más energía: en invierno se enfría rápidamente y puede tener condensaciones en el interior mientras que en verano se calienta más en menos tiempo.
Solemos asociar los aislamientos a los muros exteriores de las viviendas; sin embargo, aunque la diferencia de temperatura más acusada se produce entre el exterior y el interior de la vivienda, también son necesarios los aislamientos en otras zonas del edificio contiguas a espacios no climatizados.
Por la cubierta exterior de un edificio es por donde se pierde o gana más calor, si no está bien aislada.
Por esa razón, los áticos son, por lo general, más fríos en invierno y más calurosos en verano.
Así mismo, un buen aislamiento de los muros que separan viviendas contiguas, además de atenuar el ruido, evitan pérdidas de calor.
Pero el calor se puede perder por otros muchos sitios, principalmente por ventanas y acristalamientos, marcos y molduras de puertas y ventanas, cajetines de persianas enrollables sin aislar, tuberías y conductos, chimeneas, etc.
Pequeñas mejoras en el aislamiento, pueden conllevar ahorros energéticos y económicos de hasta un 30% en calefacción y en el aire acondicionado.
Una capa de 3cm de corcho, fibra de vidrio o poliuretano tiene la misma capacidad aislante que un muro de piedra de un metro de espesor.
Ventanas:
Entre el 25 y el 30% de nuestras necesidades de calefacción son debidas a las pérdidas de calor que se originan en las ventanas. El aislamiento térmico de una ventana depende de la calidad del vidrio y del tipo de carpintería del marco.
Los sistemas de doble cristal o doble ventana reducen, prácticamente, a la mitad las pérdidas de calor respecto al acristalamiento sencillo y además disminuyen las corrientes de aire, la condensación del agua y la formación de escarcha.
El tipo de carpintería es también determinante. Algunos materiales como el hierro o el aluminio se caracterizan por su alta conductividad térmica, por lo que permiten el paso del frío o del calor con mucha facilidad.
Son destacables las denominadas de rotura de puente térmico, que contienen material aislante entre la parte interna y externa del marco.
A través de un cristal siempre se pierde por cada m2 de superficie, durante el invierno, la energía contenida en 12 kg de gasóleo.
Consejos:
- Si va a construir o rehabilitar una casa no escatime en aislamiento para todos los cerramientos exteriores de la misma. Ganará en confort y ahorrará dinero en climatización.
- Instale ventanas de doble cristal, o doble ventana, y carpinterías con rotura de puente térmico.
- Procure que los cajetines de sus persianas no tengan rendijas y estén convenientemente aislados.
- Detecte las corrientes de aire. Para ello, por ejemplo, en un día de mucho viento, sujete una vela encendida junto a ventanas, puertas, conductos, o en cualquier otro lugar por donde pueda pasar aire del exterior.
- Si la llama oscila habrá localizado un punto donde se producen infiltraciones de aire.
- Para tapar las rendijas y disminuir las infiltraciones de aire de puertas y ventanas, puede emplear medios sencillos y baratos como la silicona, la masilla o el burlete.
- Utilice láminas adhesivas de material plástico transparente para pegarlas a marcos y acristalamientos.
- Así conseguirá disminuir de forma considerable las pérdidas de calor (si se colocan en el interior) o las ganancias (si se colocan en el exterior).
- Si tiene chimenea, cierre el tiro de la misma cuando no la esté usando.
- Un aislamiento perfecto puede lograse mediante dos sistemas: a través de juntas y ensamblajes del cristal al marco de la ventana, que garantice un cierre hermético, u optando también por el doble acristalamiento.